SOMOS
DIFERENTES, SOMOS IGUALES
Alicia es una niña coja, cojea desde que le atropelló un
coche al salir de casa.
Guillermo es un niño obeso que no consigue adelgazar, pese a
que sus padres le han llevado a distintos tratamientos.
Elena es una chica muy tímida que le cuesta relacionarse con
los otros niños, muchas veces se aísla y se queda sola columpiándose, mirando al
cielo mientras sus compañeros juegan en el recreo.
Alberto es un niño hiperactivo que no puede parar, muy
nervioso, algunas veces contesta mal hasta a sus amigos, luego en casa, cuando
se mete a la cama y piensa, reconoce sus errores, pero al día siguiente vuelve a
pecar de lo mismo.
Un día Guillermo ayudó a Alicia en un paso de cebra e hizo
parar los coches para que le diera tiempo a cruzar.
Alicia ayudó a Elena contándole lo que le había pasado y
animándole a que jugara con ellos en el recreo, porque jugar es hacer amigos, y
los amigos son una cosa muy bonita que no se compra con dinero.
Elena habló, se animó a hablar esa mañana con Alberto y le
hizo ver que era un chico muy listo y que tenía que tranquilizarse y seguir los
consejos de la gente que quería ayudarle.
Alberto ayudó a Guillermo que era su amigo y compañero de
pupitre, prestándole una dieta para niños obesos que había pedido que hiciera a
su padre que era endocrino, y convenciéndole de que no debía quedarse tanto
tiempo quieto, que tenía que caminar más y hacer ejercicio.
Todos esos niños jugaron con otros a la hora del recreo, era un
día cualquiera, pero sin darse cuenta, unos se habían ayudado a otros, y se
sintieron bien, porque en esta vida nadie es perfecto, todos somos diferentes, pero todos necesitamos de todos.
TODOS SOMOS DIFERENTES
TODOS TENEMOS QUE CONVIVIR
TODOS TENEMOS QUE CONVIVIR
TODOS TENEMOS QUE RESPETARNOS
EN DEFINITIVA: “TODOS NOS PARECEMOS MÁS DE LO QUE PARECE”
EN DEFINITIVA: “TODOS NOS PARECEMOS MÁS DE LO QUE PARECE”
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